Solicitantes de asilo en Estados Unidos ¿Qué está pasando?


Quienes huyen de violencia o situaciones que ponen en riesgo su vida y buscan una nueva oportunidad en los Estados Unidos ahora se enfrentan a un futuro incierto. Aquí un análisis de lo que está pasando.
Este 2025, el panorama de las personas solicitantes de asilo, que buscan una nueva vida en los Estados Unidos, es uno completamente alejado de sus sueños y anhelos. Esas ganas de empezar de nuevo, trabajar, estudiar, aportar a esta sociedad, enfrentan un momento en el que su futuro es inesperado.
En este contexto, son constantes las noticias de las deportaciones de distintas personas migrantes que no tienen definida su situación y a esto se suma el escenario de aquellas que están en un proceso de asilo. Se trata de hombres, mujeres y niños que no pueden volver a su país de origen por distintas situaciones que ponen en riesgo su vida o libertad.
Las personas que solicitan asilo buscan protección en Estados Unidos por sus oportunidades, el trabajo y todos los beneficios que implica vivir aquí. Amnistía Internacional destaca: “Algunas personas se ven obligadas a huir de la persecución o de violaciones de derechos humanos como la tortura. Son millones las que huyen de conflictos armados o de otras crisis o de la violencia. Algunas ya no se sienten seguras y puede que se las persiga por el mero hecho de ser quienes son o por lo que hacen o por lo que creen; por ejemplo, por su etnia, religión, sexualidad u opiniones políticas”.
Lo que enfrentan los solicitantes de asilo
Aunque los casos son distintos, nada más basta con imaginar el temor que pueden sentir aquellos que sufren amenazas en sus países de origen, que en sus planes no está volver.
Tal vez en algún momento, sin saberlo, estamos caminando al lado de alguna persona que tuvo que huir de su país porque su orientación sexual es considerada un delito, o sin saberlo estamos conversando con alguien que fue amenazado en su país y hoy busca protección y refugio aquí. La Organización Inmigration Forum en un informe revela que en agosto de 2023, el número de casos de asilo pendientes en Estados Unidos era de 974.571 y según la Agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) alrededor de 6,9 millones de personas en el mundo estaban esperando la resolución de su solicitud de asilo.
De igual manera, la Agencia señala que a nivel mundial “hay 43,4 millones de personas refugiadas; alrededor del 40% de esa cifra tiene menos de 18 años. El número total de personas desplazadas en el mundo suma 117,3 millones. Esta cifra no solo incluye personas refugiadas, sino también solicitantes de asilo y personas desplazadas al interior de sus propios países”.
Esta situación está en la mira internacional dadas las medidas del gobierno de Donald Trump. El pasado 12 de febrero de 2025, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) hizo un llamado a las autoridades de Estados Unidos para que prioricen los derechos humanos en sus políticas y prácticas migratorias y de asilo.
En su misiva se refirió a la orden ejecutiva ‘Realignment of the United States Refugee Admissions Program’ que suspendió el Programa de Admisiones de Refugiado de Estados Unidos anunciando una nueva política. Según el organismo internacional, esta decisión pone en riesgo a aquellos refugiados que ya habían sido aprobados para su admisión por razones humanitarias.
“En particular, los Estados deben implementar medidas que garanticen el derecho a solicitar asilo y recibir protección internacional, el acceso a procedimientos migratorios que respeten el debido proceso y la protección judicial, el derecho a una nacionalidad, la prohibición de tratos crueles, inhumanos y degradantes, así como el principio de no devolución y la no discriminación por motivos de nacionalidad, color, raza, género, lengua, religión, opinión política, origen social o cualquier otra condición”, puntualiza la CIDH en su llamado.
El organismo también hizo referencia a la aplicación CBP One para programar citas destinadas a solicitar el ingreso a los Estados Unidos, la cual fue deshabilitada el 20 de enero, así como a la suspensión del programa de reasentamiento de personas refugiadas, impactando a personas que habían sido aprobadas para su reasentamiento en los Estados Unidos.
Estas son condiciones que crean incertidumbre para quienes buscan seguridad en los Estados Unidos. Al respecto, Human Rights Watch subrayó que Estados Unidos le está cerrando sus puertas a refugiados, solicitantes de asilo y migrantes debido a las órdenes ejecutivas de Trump, las cuales suspenden indefinidamente el reasentamiento de refugiados en Estados Unidos y entre otros aspectos revocan la orden ejecutiva del gobierno de Joe Biden destinada a garantizar un procesamiento seguro y ordenado para los solicitantes de asilo en la frontera de Estados Unidos.
El asilo, un derecho humano
Solicitar asilo es un derecho humano, por lo que las personas pueden ampararse en este cuando huyen de conflictos, persecuciones o escenarios que ponen en riesgo su seguridad. La ACNUR complementa que a este grupo de personas no se les debe expulsar ni devolver a contextos en los que peligre su vida o su libertad.
Las personas solicitantes de asilo son aquellas que buscan el reconocimiento de la condición de refugiado con la que obtienen derechos de protección al país donde llegaron.
Por su parte, el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS) expone que según las leyes de Estados Unidos, un refugiado es una persona que, “está fuera de Estados Unidos; es de interés humanitario especial para Estados Unidos; demuestra que se le ha perseguido o que tiene temor de ser perseguido por razones de raza, religión, nacionalidad, opinión política, o por pertenecer a un cierto grupo social; no se ha reasentado definitivamente en otro país; es elegible para admisión en Estados Unidos.
Sin embargo, la situación actual que viven muchos latinos inmigrantes que actualmente están en un proceso de asilo es de incertidumbre y otros ya tuvieron que enfrentarse a ser capturados por inmigración y deportados a su país natal expuestos a riesgos latentes, condenados a recapitular una parte de zozobra que podría ser la inminente condena de muerte o sombra.
Luego de este amplio panorama sobre la realidad de los inmigrantes vale la pena enviar el interrogante a toda la opinión pública de qué papel juega el principio más importante de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 de la “No Devolución”, el cual implica que ninguna persona refugiada debería ser devuelta al país en que su vida o su libertad corren grave peligro.